Espionaje legítimo: cómo los corredores de datos socavan la seguridad nacional

Recientemente, investigadores alemanes descubrieron que los datos de ubicación de millones de residentes alemanes están disponibles públicamente. Estos datos, originalmente recopilados con fines publicitarios, pueden ser utilizados por malhechores para espionaje, incluida la vigilancia de personas específicas, lo que es especialmente preocupante cuando se trata de empleados de instituciones gubernamentales y militares.

Como prueba de sus afirmaciones, los especialistas realizaron un pequeño experimento. Durante varios días, rastrearon los movimientos de una persona cuyos datos obtuvieron de forma completamente gratuita en un mercado en línea. La principal herramienta de vigilancia no fue un equipo de espionaje sofisticado, sino un teléfono móvil común.

Temprano en la mañana, la persona rastreada salió de su casa en Baviera y se dirigió al trabajo. Su viaje terminó en el estacionamiento de Manggald-Kaserne en Bad Aibling, donde se encuentra una sucursal del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania (BND). Los investigadores observaron los movimientos de esta persona durante varios días, identificando todas sus rutas laborales y personales.

El ejemplo considerado incluyó solo a una persona, pero los datos disponibles en línea permiten crear perfiles detallados de movimientos para millones de teléfonos. En verificaciones aleatorias, los investigadores pudieron identificar fácilmente las rutas de empleados de servicios secretos, ministerios e instalaciones militares, como cuarteles, depósitos de municiones y campos de entrenamiento.

Los expertos advierten que tales datos no solo amenazan la privacidad de los residentes ordinarios de Alemania, sino también la seguridad nacional en general. La información disponible en línea bien podría usarse para vigilar a los empleados de los servicios de seguridad y sus familias, así como para obtener información sobre instalaciones militares y de inteligencia.

La situación se ve agravada por el hecho de que el comercio de datos de ubicación recopilados por la industria publicitaria se conoce desde hace mucho tiempo. Pero a pesar de numerosas advertencias, la legislación de muchos países aún no tiene en cuenta los riesgos de espionaje del seguimiento publicitario.

Entre los principales proveedores de dichos datos en Alemania, los investigadores destacaron a la empresa estadounidense Datastream Group, que opera en territorio alemán a través de la plataforma Datarade, administrada por una empresa local de Berlín.

Uno de los conjuntos de datos distribuidos por la plataforma contenía 3.600 millones de registros de ubicación recopilados en el otoño de 2023 a través de aplicaciones móviles. Es notable que la mayoría de estos datos se puedan obtener de forma completamente gratuita, sin gastar un centavo del bolsillo propio.

Los representantes de Datarade no respondieron a las solicitudes de comentarios. Sin embargo, anteriormente la plataforma había declarado que solo actúa como intermediario y vende solo datos legales. No obstante, según el abogado Martin Bauman, son precisamente estos datos los que permiten a los hackers observar a las personas las 24 horas del día, prácticamente sin riesgo de ser detectados.

Por lo tanto, el comercio de datos de ubicación no solo amenaza la privacidad de los usuarios de teléfonos móviles, sino también la seguridad nacional. Y esto no solo concierne a Alemania, sino a muchos otros países donde empresas similares operan abiertamente y no se enfrentan a restricciones estrictas por parte de las autoridades locales.

La situación actual subraya la urgente necesidad de revisar las normas éticas en el campo de la recopilación y uso de datos personales, así como la importancia de crear marcos legislativos más estrictos para proteger a los ciudadanos en el espacio digital. La sociedad ha estado durante mucho tiempo ante una elección: adaptar las leyes y prácticas a las nuevas realidades o arriesgarse a perder el control sobre su propia información en la búsqueda del progreso tecnológico.