El concurso «Miss IA» desata críticas por estándares de belleza irreales

Recientemente, se llevó a cabo el primer concurso «Miss IA» en la plataforma Fanvue, en el que participaron influencers creadas por inteligencia artificial. La ganadora fue una modelo de Instagram inexistente de Marruecos llamada Kenza Leily, con más de 200,000 seguidores. Sin embargo, el concurso provocó una reacción negativa entre las mujeres que trabajan en el campo de la IA.

La Dra. Sasha Luccioni, investigadora de IA en Hugging Face, expresó su decepción, señalando que este concurso es otro paso hacia la objetivación de las mujeres a través de la IA. «Como mujer que trabaja en este campo, no estoy sorprendida, pero sí decepcionada», dijo.

Según Luccioni, con la aparición de herramientas accesibles para crear imágenes, como Stable Diffusion, se ha vuelto extremadamente fácil generar una cantidad ilimitada de imágenes provocativas de mujeres. La tecnología ha recibido toneladas de críticas desde su aparición, por lo que no es sorprendente que el concurso «Miss IA» sea visto de manera tan negativa.

Luccioni también señaló que en un campo donde hay una clara falta de diversidad de género, no es sorprendente que la IA se utilice para crear imágenes de mujeres perfectas.

El concurso, que forma parte de los «World AI Creator Awards» (WAICAS), parece haber sido diseñado para que incluso la cobertura mediática negativa sirva como publicidad para la empresa. Un aspecto importante es que los deepfakes de IA han penetrado tanto en la cultura popular que incluso las principales publicaciones mundiales ahora pueden mencionar imágenes creadas por IA como si fueran personas reales.

Por ejemplo, en un artículo de CNN sobre el concurso «Miss IA», la periodista de moda Jackie Palumbo escribe: «Conozcan a Kenza Leily, una influencer de estilo de vida marroquí que busca traer»diversidad e inclusión» al mundo de los creadores de IA». Leily es completamente creada por IA, desde las imágenes hasta las leyendas y el discurso lleno de palabras de moda.

Sin embargo, Kenza Leily no es real. Es simplemente una creación de Miriam Bessa, fundadora de la agencia Phoenix AI, quien recibirá $5,000 como premio por su creación. Mientras tanto, el discurso de Leily sobre promover la diversidad y la inclusión en el campo de la IA fue generado por un programa o simplemente escrito por su creador.

Además de Leily, Lalina de Francia y Olisia C de Portugal también compartieron la victoria en el concurso, ocupando el segundo y tercer lugar respectivamente. Sus cuentas de Instagram están llenas de imágenes de mujeres virtuales en trajes de baño en fondos exóticos y artísticos. Los ganadores fueron determinados por un jurado de cuatro jueces, dos de los cuales, irónicamente, también parecen ser creados por inteligencia artificial.

Las reglas del concurso resultaron bastante confusas, ya que mezclaban personajes ficticios y sus creadores. Los participantes fueron evaluados en tres criterios: belleza (incluyendo preguntas estándar de concursos de belleza), tecnología (por la habilidad de usar el modelo de IA y detalles visuales) e impacto social (número de seguidores e interacción con los fans).

La Dra. Margaret Mitchell, investigadora de ética en IA de Hugging Face, señaló que la tendencia de los influencers de IA exacerba los problemas existentes con los bloggers reales que pueden manipular imágenes para crear una imagen irreal. «Me asusta pensar en el daño que esto causará a la autoestima de las chicas», dijo Mitchell. «Barbie ya causó suficientes problemas, y ni siquiera se parecía a una persona real».

Así, el concurso «Miss IA» plantea importantes cuestiones éticas sobre el impacto de la tecnología en la sociedad. Demuestra cuán fácilmente la inteligencia artificial puede amplificar los estereotipos y prejuicios existentes. En lugar de promover una diversidad e inclusión reales, eventos como este corren el riesgo de crear estándares aún más irreales de belleza y comportamiento.

Todo esto subraya la necesidad de una reflexión crítica sobre la aplicación de la IA, así como una evaluación de su impacto potencial en los valores sociales y la autopercepción de las personas.