Los investigadores debaten sobre los beneficios y riesgos de los chatbots como Eva AI y Replika.
En la última década, hemos sido testigos del rápido desarrollo de las tecnologías de inteligencia artificial y su integración en nuestra vida cotidiana. Asistentes virtuales como Siri de Apple y Alexa de Amazon ya forman parte integral de nuestros smartphones y sistemas de hogar inteligente. Sin embargo, ahora estamos observando la aparición de un nuevo tipo de sistemas de IA que van más allá de simples ayudantes y aspiran a ser compañeros románticos virtuales.
Más de 100 servicios , entre los que destacan myanima.ai, Eva AI, Nomi.AI y Replika, ofrecen a los usuarios la posibilidad de crear un compañero de vida personalizado. Los chatbots cuentan con amplias opciones de personalización, permitiendo elegir no solo características físicas, sino también rasgos de personalidad del interlocutor.
La característica distintiva de estos sistemas es su capacidad de aprendizaje y adaptación. Durante la interacción, la IA analiza las preferencias del usuario, sus intereses y estilo de comunicación, ajustándose gradualmente y volviéndose cada vez más "humana" en sus reacciones y respuestas. Esto fomenta la formación de un vínculo emocional. Con el bot, se puede coquetear, intercambiar fotos y mensajes de voz.
Algunas personas mencionan que sienten una respuesta emocional más fuerte al interactuar con un chatbot que con una persona real. La pandemia de COVID-19 y las restricciones de contacto social asociadas solo han intensificado esta tendencia.
Sin embargo, existen muchos riesgos. La disponibilidad constante y la adaptación perfecta de la IA al usuario pueden llevar a la formación de expectativas poco realistas en las relaciones reales. Alguien podría empezar a evitar las dificultades y compromisos inherentes a las relaciones reales, lo que, por supuesto, afectará negativamente la capacidad de construir vínculos profundos y recíprocos.
Además, la dependencia excesiva de los compañeros de IA puede llevar al aislamiento social. La persona pierde gradualmente la motivación para buscar contactos sociales, encerrándose en un mundo virtual cómodo pero ilusorio.
Otro punto a considerar es la privacidad. Un análisis realizado por la Fundación Mozilla en 2023 reveló serios problemas de seguridad de datos en varios chatbots populares. Muchos de ellos recopilan y transmiten información personal a terceros, y algunos ni siquiera ofrecen la posibilidad de eliminar completamente los datos del sistema.
Además, estos servicios a menudo incorporan numerosas herramientas de seguimiento ocultas que recopilan datos sobre la actividad del usuario con fines de marketing. Así, los aspectos más íntimos de la vida de una persona se convierten en objeto de análisis y potencial explotación comercial.
A pesar de los riesgos potenciales, los investigadores también señalan aspectos positivos. Para personas con discapacidades, aquellos que han perdido a un ser querido o que tienen dificultades para encontrar relaciones románticas, un compañero virtual puede ser una fuente de apoyo y una forma de superar el aislamiento social.
Además, la comunicación con IA sirve como un tipo de entrenamiento para desarrollar habilidades de comunicación e inteligencia emocional. Algunos estudios muestran que los chatbots pueden mejorar la calidad de la comunicación entre parejas a distancia.
Un experimento interesante se está llevando a cabo en el laboratorio EROSS de la Universidad de Quebec en Montreal. Los científicos están estudiando la posibilidad de usar chatbots para ayudar a personas que enfrentan dificultades en las relaciones románticas. En particular, la investigación se centra en apoyar a aquellos que tienen problemas para establecer conexiones íntimas debido a diversas barreras psicológicas o sociales. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar del potencial de uso de los chatbots en la práctica clínica, la mayoría de las investigaciones actuales se centran en temas de educación sexual, incluyendo la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la salud reproductiva.
El futuro de las relaciones románticas virtuales depende en gran medida de cómo la sociedad y los legisladores respondan a estas innovaciones. Es necesario desarrollar normas éticas y marcos legales que garanticen un equilibrio entre la innovación y la protección de los usuarios. Por otro lado, no está claro cómo deberían ser estas regulaciones y si realmente serán efectivas.