Una filtración del contrato con los centros de servicio ha revelado las duras condiciones de trabajo con la empresa.
Samsung exige que los talleres de reparación independientes proporcionen datos personales de los clientes a cambio de la posibilidad de comprar piezas para reparaciones. En el contrato, obtenido por 404 Media , se especifica que los talleres deben transmitir a Samsung los nombres, datos de contacto, identificadores de dispositivos e información sobre las quejas de los clientes.
El contrato también obliga a los talleres a «desmontar de inmediato» todos los dispositivos que hayan sido reparados anteriormente con piezas de terceros y notificar a Samsung sobre dicho uso. Esta disposición ha provocado una ola de indignación entre expertos y organizaciones civiles.
Según el contrato, los talleres deben cargar datos de cada reparación en la base de datos de Samsung G-SPN, incluyendo la dirección del cliente, su correo electrónico, número de teléfono, descripción de la falla y el identificador único del dispositivo. Esta exigencia suscita preocupaciones sobre la violación de la privacidad de los datos.
El uso de piezas de repuesto en las reparaciones es un fenómeno relativamente común. Sin embargo, la disposición de Samsung requiere que los talleres independientes destruyan tales dispositivos de los clientes y luego informen a la empresa sobre ellos.
Los expertos en leyes y protección de derechos del consumidor califican estas condiciones como excesivas. Los especialistas consideran que la destrucción de dispositivos con piezas no originales no se alinea con el derecho de los consumidores a utilizar componentes de terceros, establecido en la Ley de Garantías de Magnuson-Moss.
Además, los expertos creen que la mayoría de los consumidores estarán impactados al saber que sus datos personales se entregan al fabricante sin su consentimiento, lo que representa una invasión masiva y sorpresiva en su vida privada.
El contrato muestra cuánto control ejerce Samsung sobre los talleres de reparación independientes, que se ven obligados a firmar el acuerdo para obtener piezas. Sin embargo, firmar el contrato no los convierte en centros de reparación autorizados, lo que requiere gastos y esfuerzos adicionales.
Los defensores de derechos y expertos señalan que la filtración del contrato demuestra la falta de verdadera independencia en los talleres que participan en el programa. En estados donde existen leyes de derecho a reparar, tales requisitos son inviables.
El contrato de Samsung también limita los tipos de reparaciones que los talleres independientes pueden realizar, excluyendo la soldadura y la reparación de placa. Además, los talleres deben obtener una certificación de la organización WISE, que cuesta $200 al año. WISE está vinculada con CTIA, un grupo que representa los intereses de los telecomunicadores Verizon y AT&T, que se oponen a las leyes de derecho a reparar. Esencialmente, los servicios independientes están obligados a financiar una organización que ejerce presión contra sus intereses.
Los expertos indican que el contrato de Samsung es un ejemplo de condiciones injustas que subrayan la necesidad de adoptar leyes de derecho a reparar. Estas leyes ayudarán a proteger los derechos de los consumidores y de los talleres de reparación independientes para que no se vean obligados a firmar acuerdos desventajosos.
Samsung no respondió a una solicitud de comentarios. En la conferencia del año pasado Electronics Reuse Conference, un representante de Samsung mencionó que el uso de piezas de terceros en reparaciones es una realidad que deben aceptar. Sin embargo, el contrato muestra claramente que Samsung no tiene intención de reconciliarse con este hecho y busca controlar cada aspecto del proceso de reparación.